En una aldea de Priego de Córdoba vive una familia muy necesitada. Los padres Paco y MªJosé, se casaron como muchos lo hemos hecho, cargados de ilusiones y sobre todo amor. Gracias a este amor tan grande van reuniendo fuerzas para seguir adelante con todos los problemas que se les presentaron; tuvieron un niño precioso, llamado Ángel, que ya tiene cuatro años pero que nació con espina bífida. Desde entonces llevan una gran batalla: hospitales, médicos, operaciones, viajes, etc. Pero eso sí, con grandes esperanzas y amor hacia su niño.

 

     Actualmente el niño que como su nombre indica, es un ángel está entre el colegio, hospitales, atención temprana, rehabilitación, etc. Tiene dos hermanitos más, que son mellizos; la mamá, claro está que no puede trabajar y el papá pues lo hace siempre que tiene oportunidad (ojalá fuese siempre) pero todos sabemos como están las cosas hoy en día.


     Aunque tienen algunas ayudas, nunca son suficientes. Los vecinos de la aldea se han volcado en ellos desde que nació. Les ayudan en lo que pueden. Ángel va creciendo y ahora necesitan hacer obras para adaptar una habitación sola para él y con todo lo que el niño necesita, que es mucho, tanto la familia como la vecindad se han volcado, han hecho rifas y todos aportan lo que pueden empezando por las manos para ayudar a vender papeletas por todos los sitios. Yo trabajo con Ángel en el colegio y cuando conocí su historia y cómo luchaban todos unidos por él, pensé ¿Que podria hacer yo? Se me ocurrió que desde la hermandad a la que pertenezco podríamos hacer algo. Así se lo transmití a la junta en la que se decidió hacer una donación que fue muy agradecida por los padres, los cuales me han dicho que dé las gracias en su nombre a todos los hermanos y que pidamos a nuestro Señor por ellos. Están super agradecidos, solo con verles las caras te llenan de emoción. Pero la que realmente os da las gracias soy yo por haberme dado la oportunidad de ser yo, en nombre de nuestra hermandad la que hizo entrega del cheque. Os puedo asegurar que sentí una emoción y bienestar increible. Solo me queda decir: hermanos, con amor y paciencia se consigue todo.